miércoles, 1 de diciembre de 2010

Lugares Comunes, el #cablegate y el #findelperiodismo

Vamos a los hechos: The New York Times, The Guardian, Le Monde, Der Spiegel y El País revelan documentos reservados del Departamento de Estado norteamericano.

La publicación se produce previo acuerdo con la diplomacia de Washington. Descartando intenciones conspirativas, se trató de una típica negociación de reducción de daños a pedido del gobierno de Estados Unidos.

Los documentos son filtrados originalmente por Wikileaks, que decide someter la información al “cartel” de los 5 diarios en lugar de abrirla al público vía Internet. ¿A cambio de qué? No lo sabemos, pero lo cierto es que con esto logra que los diarios editen a conveniencia la data obtenida.

¿Y qué hay en los cables revelados?

En lo publicado hay de todo. Algunas cuestiones sin importancia -como apreciaciones personales sobre situaciones o dirigentes- otras que pueden acarrear problemas políticos o legales si y solo si fueran comprobadas -como el caso del espionaje en la ONU-. En todo caso, será tarea de investigadores y/o periodistas profundizar en algunas historias sugerentes conocidas a partir de estos documentos filtrados.

O a lo sumo, las filtraciones aportan algunos datos sobre las obsesiones de la Cancilería, las miradas, las fuentes o los propios diplomáticos norteamericanos (bastante decadentes por cierto, probablemente como tantos otros) y sobre la opereta en contra de Obama desde dentro del Departamento de Estado.

Por eso la respuesta generalizada, por ahora, de los gobiernos aludidos es clara. Advierten el descrédito de la diplomacia norteamericana (en todo caso lo reseñan o incluso lo celebran) y evitan pronunciarse sobre el fondo, porque entienden que se trata de comunicaciones diplomáticas que se practican cotidianamente y a las que todo Estado tiene derecho (y deber).

¿Qué se discute entonces?

Cómo tomar la información revelada: Con pinzas, con sorna, con incredulidad, con sorpresa, con indignación, todo según corresponda. No hay fórmula general para resolver en un caso como este. Confíe en su criterio y diviértase.

Por eso discrepo muy amistosamente con el excelente post de Escriba en este punto, que prioriza un criterio corporativo –o a lo sumo sustantivo- de la diplomacia frente a una suerte de ataque de Wikileaks.

Ya no hay lugares santos. La diplomacia y sus modos, menos aún. Sigue al servicio de la política. Deberán cambiar algunos modos, algunas técnicas, deberán pagar algunos costos. Al final siempre es lindo que la liguen los diplomáticos de carrera, tan pedantes y acomodaticios.

¿Y los medios y el periodismo? También. Esos ya la vienen ligando hace un rato.

Según parece, el gobierno español no duda al operar sobre la información publicada a través del diario El País en los días previos a la Cumbre Iberoamericana en Mar del Plata. Curioso, no?

1 comentario:

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

Está bien explicado en tu post el tema, muy claro. Si hay conducción política no hay "corporatismo diplomático", me parece igual. Abrazo